¡Hola, buenos días, buenas tardes o buenas noches! 

Durante esta semana, he redactado otro relato para todos [email protected] ¡Espero que os guste tanto como a mí! Si os gusta esta sección, podéis dejar un comentario para hacérmelo saber. ¡Muchas gracias por vuestra comprensión!

– Mamá, me voy de fiesta a casa Irene. Cogeré el coche, te prometo no beber nada de alcohol. No me esperes despierta, estaré bien. Te quiero mucho.

– Vale, pero ten mucho cuidado, no te fíes de nadie y, sobre todo, pásatelo bien.

– Lo sé mamá, tendré mucho cuidado. ¡Adiós!

Eran las 22:30 cuando saliste por la puerta de casa, con tu elegante vestido, pendientes de aros, tus labios rojos como las rosas y tu colonia favorita. Estabas tan elegante… Pasé toda la noche preocupada por ti, que estuvieras bien, pasándotelo bien, sin beber alcohol, ya que tenías que conducir. Dormía pero no descansaba, todo el rato pensando en ti. Ya no sabía qué hacer; contar ovejas, números,… Al final me decanté por ver la televisión y esperar a la niña de mis sueños despierta.

Cuando me desperté, eran las 3:40 de la mañana. Había conseguido dormir 2 horas, sin pensar en nada. Dos horas dedicadas a mí, a dejar la mente en blanco, sin problemas, sin tapujos. Volví a encender la televisión, esperándote, con ansias de verte, saber que estas bien, saber que volverás sana y salva.

Lo recuerdo perfectamente; eran las 5:40 cuando sonó mi teléfono móvil, una llamada desconocida. En este momento, me temí lo peor. Cuando contesté, sonaba una sirena y había mucho ruido. Recuerdo perfectamente el motivo de la llamada: habías tenido un accidente. Un accidente con una persona que conducía borracha, un accidente que cambió mi vida por completo. Mi pesadilla se hizo realidad.

Al día siguiente, la policía me entregó una nota, la nota que escribió cuando aún estabas consciente y podías hablar. La abrí, con lágrimas en los ojos, nerviosa, pálida, se me caía el mundo al cielo. La leí: «No te mentí mamá, juré que no te engañaría. Fui a la fiesta mamá, no probé nada de alcohol, incluso me sentí orgullosa. Pensaba que siendo buena, esto nunca me pasaría. Dime mamá, porque me toca sufrir, escucho voces que dicen: esta chica se va a morir. El culpable de esto vive y yo tengo que morir. Dime mamá, dime por qué a mí. Ya no puedo aguantar más, mi sangre está en el asfalto y mi dolor me está matando. Dile a papá que le quiero, a mi hermano que sea fuerte. Mamá te quiero, son mis últimas palabras. Adiós mamá, no podré volver a verte…»

Si fueran más prudentes, si no lo hicieran mal, si todos escucharan los consejos de sus mamás; por culpa de esta gente, fallecen inocentes… Quizá un día seas tú la persona que lo lamente.

¿Os ha gustado? ¡Espero que sí! De verdad, creerme, todo lo hago desde el corazón, para todos [email protected]

Gracias por leer mis relaHTos, me hace muchísima ilusión.

¡Nos vemos pronto!

Micralax-