¡Hola, buenos días, buenas tardes o buenas noches! 

Cómo estaréis viendo, esta vez no vengo con una entrevista, como es de costumbre. Hace días me ronda por la cabeza compartiros un texto que yo mismo hice, siendo muy especial para mí. Si veo en los comentarios que os gusta, intentaré hacer otra sección donde podamos degustar un poco más de la literatura española. Espero que os guste tanto como a mí, ¡es muy especial!

‘’Todavía recuerdo tu mirada; tus ojos llenos de lágrimas, negros como el carbón, inundando mis pupilas de felicidad y ganas de comerme el mundo. Todo es tan especial cuando estás a mi lado que podría alcanzar la luna con tu mirada. Recuerdo tus manos temblorosas, bailando al son de la luna, bajo mi tacto, como si nunca antes nos hubiéramos conocido. Notar tu tacto es mi mayor regalo pero, cuando no lo haces, me atormentan mis fantasmas del pasado, clavándome cuchillos hasta agitar mi respiración. Recuerdo aquel vestido, tu favorito. El vestido que marcaba todas tus curvas, tu figura y hacía de ti, un Pegaso salido de las profundidades de mis miedos, haciéndome olvidar de todos mis monstruos y repartiendo calma y tranquilidad en el fondo de mi ser. Recuerdo tu voz, cálida y glacial al mismo tiempo, llena de emoción que me protegía de todas las adversidades que se cruzaban en mi camino. Una voz que era como el canto de una sirena; nunca me cansaba de escucharla, ya que ahuyentaba mis pesadillas. Recuerdo tus consejos, advertencias, recomendaciones. Para mí, estaban llenos de vida, alegría, positividad que permitió coger el mundo y darle un bocado, pero siempre a tu lado. Recuerdo cuando me prometiste que nunca te irías de mi lado, siempre cogiéndome de la mano en mis peores momentos, ayudándome cuando caía con una piedra, dándome de comer cuando no tenía nada y, ahora, me siento perdido, como Ícaro sin sus alas, por volar demasiado cerca del Sol. Estoy perdido sin todas estas cosas, sin tu presencia, sin ti… Recuérdame cada día como estoy haciendo yo, recuérdame de corazón, porque yo, lo haré siempre’’.

Sí, aún guardo esta nota que es tan especial para mí, una manera distinta de despedirme de ti, de no verte más. Mis pesadillas se hicieron realidad, me abandonaste, me dejaste desnudo, desprotegido, como un niño sin su madre, pero las personas no mueren si cada día pensamos en ellas, así que nunca lo estarás. Has sido, eres y serás muy especial para mí.

Cuando te leí esta carta, estaba llorando. Nunca me imaginaría que me dejarías de esta forma, sin despedirte de mí, sin decirme adiós. Te fuiste sin más. Nunca me lo perdonaré.

Tengo otra cosa más que decirte. Amiga, te echo muchísimo de menos.

Este texto lo escribí para un trabajo de redacción de textos. No gané, pero me dijeron que mi tema y mi redacción estuvo super interesante y, por esto, les quería compartir dicho relato.

Y a [email protected]… ¿Os ha gustado? ¡Os estaré leyendo en los comentarios!

¡Hasta pronto!

Micralax.