¡Hola, buenos días, buenas tardes y/o buenas noches! 

En el día de hoy, volvemos con el siguiente capítulo de esta maravillosa y nueva entrega. Hoy en día damos por hechas muchas cosas, pero a veces no sabemos el verdadero porque de estas. Pero tranquilos, estoy aquí para ayudaros. En esta entrega vamos a dar respuesta a las preguntas más interesantes y vamos a aprender muchas cosas. ¿Estáis preparados? ¡Vamos allá!

¿POR QUÉ…?

 

¿Por qué las agujas del reloj giran en el sentido de las agujas del reloj?

Que las agujas giren de izquierda a derecha es algo tan asentado que su movimiento nos sirve incluso para definir universalmente un tipo de giro que se considera »normal». Sin embargo, los relojes podrían girar en sentido inverso y no pasaría absolutamente nada; de hecho existen relojes levógiros -que así se llaman los que giran »al revés»- y son tan precisos como los demás. Es decir, como la mayoría de las cosas »normales», el giro del reloj en sentido tradicional es una simple convención. La costumbre de fabricar así los relojes se debe a que los primeros relojeros, que tenían en los relojes de sol su más inmediato referente, vivían en el hemisferio norte, y cuando miraban el recorrido de la sombra arrojada por un reloj de sol percibían que giraba hacia la derecha. De ahí que los primeros relojes mecánicos tuvieran sus manecillas montadas en ese sentido, y así hasta hoy.

¿Por qué tenemos agujetas? 

Cuando a uno lo acosan las agujetas, puede llegar a pensar que la misión de estos pinchazos, con respecto al cuerpo, es semejante a la que cumple Pepito Grillo con respecto a la conciencia… Efectivamente, las agujetas pueden tomarse como un aviso de que no estamos cuidando nuestra forma física, pues se trata de un dolor agudo -se llaman »agujetas» porque son como pinchazos de múltiples agujas- acompañado de inflamación muscular que aparece al día siguiente de haber realizado un ejercicio físico intenso, siempre que hayamos estado un periodo más bien largo sin realizar ejercicio físico continuado. Pero, como cabe imaginar, además de llamarnos la atención por no estar en forma, las agujetas tienen otra función: suponen una adaptación muscular a las exigencias del organismo. Las agujetas son en realidad microrroturas de fibras musculares, que se producen por ser estas demasiado débiles para aguantar un trabajo muscular intenso cuando se está desentrenado. Al romperse esas fibras, nuestro cuerpo las sustituye por otras más resistentes, con lo que aumenta nuestra masa muscular. Por ello, a pesar de que duelen y de que suponen una disminución de la movilidad y flexibilidad del músculo, no hay que pensar en las agujetas como en algo negativo. Son el anuncio de que vamos a fortalecer nuestros músculos, y además, en ese proceso de reconstrucción muscular perdemos grasa aun sin mover un dedo. Por cierto, hace años se creía, erróneamente, que las agujetas se debían a la formación de cristales de ácido láctico acumulador durante el trabajo muscular como producto de desecho de la degradación de la glucosa. De ahí que se considerase que las sustancias que podían diluir los mencionados cristales, como el agua azucarada o el agua con bicarbonato, servían de remedio. Pero como ese origen de las agujetas es falso, huelga decir que estos remedios también lo son.

Y tú… ¿Lo sabías?

Gracias por vuestra comprensión y amabilidad.

¡Hasta la próxima semana!

Micralax-