¡Hola, buenos días, buenas tardes y/o buenas noches!
En el día de hoy, volvemos con el siguiente capítulo de esta maravillosa y nueva entrega. Hoy en día damos por hechas muchas cosas, pero a veces no sabemos el verdadero porque de estas. Pero tranquilos, estoy aquí para ayudaros. En esta entrega vamos a dar respuesta a las preguntas más interesantes y vamos a aprender muchas cosas. ¿Estáis preparados? ¡Vamos allá!
¿POR QUÉ…?
¿Por qué tenemos apéndice?
La duda sobre la presunta inutilidad del apéndice es un clásico de la literatura médica y de la propia biología. Ese pequeño »apéndice» -nunca mejor dicho- parece estar ahí para poner en cuestión la perfección del organismo y las propias leyes de la evolución, pues nunca se le ha descubierto una incuestionable función biológica. ¿Qué hace en nuestro cuerpo un órgano »inservible» del que lo único que podemos esperar es que se nos inflame, nos produzca dolor y nos obligue a extirpárnoslo mediante una intervención quirúrgica? Sin embargo, recientemente parece que el misterio ha sido desvelado. La función original del apéndice, todavía importante en países del tercer mundo, parece ser la de servir de pequeño almacén de repuesto de las bacterias que configuran la flora intestinal. Sucede que nuestro sistema digestivo está habitado por numerosas bacterias beneficiosas que nos ayudan a digerir los alimentos. Pues bien, cuando todo el contenido de los intestinos se expulsa por alguna infección, por ejemplo en casos de cólera o disentería, también desaparece la flora bacteriana natural, y ello pone en peligro nuestra vida. Es entonces cuando el apéndice entra en acción, pues es el lugar donde esas bacterias pueden vivir a salvo hasta que las necesitamos para regenerar nuestra flora intestinal.
¿Por qué las arañnas no quedan atrapadas en su propia red?
Haciendo honor a su fama, las telas de araña son una de las trampas mortales mejor diseñadas del reino animal. Gracias a ellas las arañas pueden atrapar fácilmente a sus víctimas y alimentarse de manera muy eficiente sin gastar apenas energía para cazar. Cuando un insecto desprevenido topa con una telaraña, se queda irremisiblemente pegado a ella, sin posibilidad de escapar. Aparte de utilizarla para cazar y envolver a sus presas, las arañas emplean sus telarañas como poderoso material de construcción. Así pues, si tan potente es el pegamento de la telaraña, ¿cómo logra la araña sortear su propia trampa? Lo cierto es que las arañas no son inmunes a su propio adhesivo, pero sí conocen perfectamente la ingeniería de sus trabajos: no todas las partes de la tela son pegajosas. Mientras que los hilos colocados en espiral están elaborados con un tipo de seda pegajosa, los radiales que parten del centro a los extremos carecen de adhesivo, y es por esos hilos donde deben moverse únicamente las arañas. Además, el área de contacto de sus patas es muy pequeña, por lo que en caso de error el pegamento no las atrapa con la misma fuerza. Para mayor seguridad, las arañas cuentan con una glándula que les permite detectar la composición del hilo que pisan.
Y tú… ¿Lo sabías?
Gracias por vuestra comprensión y amabilidad.
¡Hasta la próxima semana!
Micralax-
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